Toyota Corona: Generación 8 T160 Facelift 1987

Historia y características

La Toyota Corona es un modelo que ha dejado una huella significativa en el mercado automovilístico desde su introducción en 1957. A lo largo de las décadas, hemos visto múltiples generaciones y evolucionado en términos de diseño, tecnología y desempeño. La octava generación, conocida como T160, fue presentada en 1983 y recibió un significativo restyling en 1987, que mejoró tanto su estética como sus características mecánicas.

Diseño exterior

El restyling de 1987 trajo consigo un cambio notable en el diseño del Toyota Corona T160. Con líneas más suaves y un aspecto más aerodinámico, el modelo se desvió del estilo más cuadrado de su predecesor. Se introdujeron faros delanteros más grandes y una parrilla frontal rediseñada que le otorgó un aire más moderno y elegante. Aunque todavía mantenía la esencia que caracterizaba a la Corona, este facelift dejó claro que Toyota estaba dispuesta a competir con otros modelos contemporáneos que dominaban el mercado.

Interior y confort

El interior de la Toyota Corona T160 también recibió una renovación significativa. Las mejoras en los materiales utilizados y un mejor diseño del tablero de instrumentos elevaron la experiencia del conductor y los pasajeros. El espacio interior era generoso, lo que permitía un mayor confort en viajes largos. Se introdujeron asientos más ergonómicos y características como el aire acondicionado y sistemas de audio más sofisticados, que hicieron de la Corona una opción atractiva para los compradores que valoraban el confort.

Motorización

En lo que respecta a la parte mecánica, el T160 vino con opciones de motorización que variaban según los mercados. Uno de los motores más comunes fue el 1.8 litros de cuatro cilindros que ofrecía un balance adecuado entre potencia y eficiencia. También existían variantes con motorizaciones más grandes, que satisfacían las necesidades de los conductores que buscaban un poco más de rendimiento. La transmisión, tanto manual como automática, complementaba perfectamente la experiencia de conducción.

Suspensión y manejo

El sistema de suspensión del T160 fue diseñado para brindar un equilibrio entre comodidad y estabilidad. Con una configuración de suspensión delantera independiente y un sistema trasero sólido, el vehículo ofrecía un manejo ágil y predecible. Esto resultaba en una experiencia de conducción placentera, tanto en carreteras urbanas como en viajes por carretera. La dirección era precisa, lo que permitía maniobras adecuadas en diferentes situaciones.

Seguridad

En términos de seguridad, el Toyota Corona T160 incorporó varias mejoras en comparación con modelos anteriores. Aunque todavía no contaba con los estándares de seguridad modernos, se mejoraron aspectos como el diseño de la carrocería para absorber impactos y algunos elementos de serien como cinturones de seguridad y frenos más eficientes. Era una opción confiable que brindaba un nivel razonable de protección para los ocupantes.

Impacto en el mercado

La octava generación del Corolla, especialmente en su versión restyling, tuvo una buena recepción en varios mercados, incluido el estadounidense y el japonés. Los conductores valoraban la Corona como un sedán confiable y económico, ideal para familias y viajes diarios. Además, Toyota logró crear una imagen de durabilidad y calidad en la construcción, lo que a su vez ayudó a que el T160 se convirtiera en un modelo muy buscado en el mercado de coches usados.

Conclusión

La Toyota Corona Generación 8 (T160), y su restyling de 1987, marcó un punto de inflexión para el modelo, combinando un diseño atractivo, confort y tecnología para su tiempo. A medida que el mercado automovilístico seguía evolucionando en los años 90, la Corona demostró ser un vehículo versátil y confiable, consolidándose como un clásico en la historia de Toyota. Su legado sigue vivo entre los entusiastas de los automóviles, que aprecian la combinación de ingeniería japonesa con un diseño atractivo que ha perdurado a lo largo del tiempo.